Imagen de la galaxia J224607.57-052635.0, tomada por el telescopio WISE.
J224607.57-052635.0, este es el nombre con el que ha sido
bautizada una desconocida galaxia que acaba de ser descubierta por la NASA y
que, según afirman desde la agencia espacial estadounidense, se caracteriza por
ser la más luminosa hasta la fecha al brillar con una luz de más de 300
billones de soles. A su vez, se ha ganado el título de "misteriosa", pues
pertenece a una nueva clase de objetos inclasificables descubiertos por el
telescopio estadounidense WISE.
A pesar de que se desconoce el por qué de su increíble
luminosidad, los expertos dirigidos por Chao-Wei Tsai, autor de un nuevo
estudio en el que han aparecido las conclusiones sobre esta galaxia y
perteneciente al Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, creen que todo podría deberse a que hay un gigantesco agujero negro en su
interior. Éste atraería gas y materia, en un gigantesco disco, hasta él,
provocando su calentamiento hasta millones de grados.
De esta forma, se generaría una luz visible de Rayos X,
ultravioleta y de alta energía que sería absorbida por las nubes de polvo
halladas a su alrededor. El calentamiento de este "cóctel estelar", finalmente,
llevaría a la creación de una luz infrarroja sumamente destacable. "Estamos
viendo una etapa muy intensa de la evolución de las galaxias. Esta luz
deslumbrante puede ser de la principal etapa de crecimiento del agujero negro
de la galaxia", explica el experto.
Con todo, esta explicación parece extraña a los
científicos, pues, aunque son comunes en los núcleos de las galaxias, es
sumamente raro encontrar uno con las características del que se ubicaría en
J224607.57-052635.0 tan "lejos" en el cosmos. Y es que la luz que desprende, ha
viajado nada menos que 12.500 millones de años hasta que ha podido ser captada
por la NASA. Con todo, la agencia espacial ya ha determinado que el agujero
negro tenía ya miles de millones de veces la masa de nuestro Sol cuando nuestro
universo contaba sólo una décima parte de su edad actual (de 13.800 millones de
años).
EL ESTUDIO
El nuevo estudio destaca tres razones por las que los
agujeros negros en las galaxias infrarrojas extremadamente lumninosas como esta
podrían haber crecido de manera masiva. En primer lugar, determina que es
posible que los agujeros negros embrionarios de su interior hayan nacido de una
forma anómalamente grande, lo que produciría este fenómeno.
Las otras dos explicaciones implican o romper o doblar el
límite teórico de la alimentación del agujero negro, llamado el límite de
Eddington. Cuando un agujero negro se alimenta, el gas cae y se calienta,
expulsando luz. La presión de la luz en realidad empuja el gas hacia fuera,
creando un límite a lo rápido que el agujero negro puede envolver continuamente
la materia. Si un agujero negro rompe este límite, podría teóricamente inflarse
a un ritmo vertiginoso.
Previamente se ha observado que los agujeros negros han
roto este límite; sin embargo, el agujero negro de este estudio habría tenido
que romper varias veces el límite para hacerse tan grande.
"Otra forma en la que un agujero negro puede hacerse así
de grande es que se alimente más rápido de lo que normalmente se creía
posible. Esto puede suceder si el agujero negro no gira tan rápido", menciona Tsai. Y es que,
en contra de lo que dice la lógica, un agujero negro engulle más materia si
gira de forma lenta que si lo hace velozmente.
"Los agujeros negros masivos en las galaxias infrarrojas
extremadamente luminosas podrían devorar más materia por un período de tiempo
más largo. Es como ganar un concurso de comer perritos calientes que dura
cientos de millones de años", dice Andrew Blain, de la Universidad de Leicester
en el Reino Unido, uno de los autores del estudio. Con todo, aún se necesitan
más investigaciones para determinar el por qué de la luminosidad de este tipo
de galaxias.
Artículo extraído de www.abc.es
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